Fons: Su encuentro con el Ideal
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Pero los planes de los hombres no siempre coinciden con los planes de Dios. Fue entonces cuando este capuchino me habló de estas chicas de Trento. Y yo pensaba: «¿Pero qué tiene eso que ver? Yo tengo mi novia, ¡no necesito otras chicas!». En aquella época, de hecho, estaba comprometido. En mi interior, llegué a la siguiente conclusión: «Este hombre es muy bueno, se nota que habla de cosas bonitas, pero a mí no me interesa». Sin embargo, él seguía insistiendo y, al final, para complacerlo, le dije: «Bueno, padre, ¡alguna vez iré a la reunión de la que habla!».